Entendiendo a Venezuela

Es difícil entender la situación de Venezuela si no se es venezolano y se ha vivido en el país bastante tiempo. Es una sociedad compleja, llena de contradicciones, con unas realidades que nos hacen únicos inclusive dentro del subcontinente Latinoamericano. Nuestra historia, ubicación geográfica, desarrollo político, migraciones y recursos naturales hacen una amalgama bien particular.

domingo, noviembre 05, 2006

Falta identidad I

En la entrega anterior hablé sobre mi percepción de que los venezolanos no se identifican con su país como lo hacen otras nacionalidades. Fíjense en los colombianos. Por muchos años los tuvimos como nuestros vecinos pobres. La corrupción de su oligarquía -esa SI es una oligarquía, heredada del Virreinato de Nueva Granada- la devastación producida por la guerra que sostienen la guerrilla de izquierda y los paramilitares, las consecuencias de los carteles de la droga, que empezaron con la producción masiva de marihuana por los guajiros y terminó en producción de cocaína, produjeron un gran empobrecimiento de la población y mantuvo a todos sus habitantes a un paso de la muerte por la violencia provocada por todos esos grupos.

Por mucho tiempo ellos nos veían con cierto resquemor, pues realmente en Venezuela se desarrolló una "colombo-fobia". Una de las razones fue la masiva migración de colombianos hacia Venezuela por los caminos verdes. La inmensa mayoría de este grupo, aparte de indocumentados, era de baja preparación y migraron dispuestos a lo que fuera para sobrevivir y poder enviar remesas de dinero periódicas a sus familias que se quedaban en su lugar de origen.

Debido a ello, a los venezolanos les tocó conocer las muestras menos atractivas del hermano país: empleadas domésticas que robaban las pertenencias de los empleadores, timadores de calle y, por primera vez, bandas organizadas para distribución de drogas y perpetración de ilícitos. Era natural que con la gran cantidad de colombianos que migraron a Venezuela, los productores de droga aprovecharan de expandir sus mercados. Y la riqueza y despilfarro creado por la bonaza petrolera actuó como magneto para atraer a los indeseables. El colombiano en Venezuela llegó a ser sinónimo de ratero y maleante.

Los venezolanos venían de estar acostumbrados a la extrema seguridad personal que la dictadura brindó durante los años 50, y por ello todo este nuevo movimiento de ilegales los agarró de sorpresa. Aparte de la natural permisividad y pasividad de los cuerpos de seguridad que no hicieron todo lo necesario por parar esa avalancha de inmigrantes y las actividades delictivas que cometían.

El bolívar estaba fuerte, a un cambio que superó los 12 pesos por bolívar en los 70s. Durante los primeros 30 años de democracia después de la dictadura de Pérez Jiménez, Venezuela tuvo una explosión económica y un bienestar únicos en Latinoamérica. Además, produjo más Miss Mundos y Miss Universos que cualquier otro país del mundo. Los venezolanos se sentían la tapa del frasco. Había dinero para ir cada vez que se antojaba a Miami a comprar.

Sin embargo, a pesar de estar en una situación de gran desventaja y teniendo en apariencia poco de lo que sentirse orgullosos, los colombianos siempre "tiran pa' su lado". En el exilio se ayudan unos a otros. Les gusta mantener sus costumbres, comer su comida, tomar su "aguardientico", mantener el contacto con su tierra, oír su música. Y no se puede negar que el colombiano históricamente ha tenido una formación en urbanidad y modales que es superior a la del venezolano. Eso se debe posiblemente a que Colombia, durante la colonia, disfrutó de estatus de Virreinato, mientras Venezuela era nada más una Capitanía General de bastante bajo perfil. Sin embargo, en Venezuela se llegó a usar "caliche" como sinónimo de "chimbo", imitación de mala calidad.

Pero miren ahora: sus artistas tienen una proyección mundial sorprendente, sus bellezas ahora opacan en algunos casos a las venezolanas -una vez una gran amiga colombiana me comentó que en Colombia corría la especie de que a las venezolanas las formaban principalmente para ser "Misses"- y sus empresas han estado comprando el parque industrial y comercial venezolano. Sus ejecutivos tienen posiciones superiores a las de los venezolanos en prácticamente todas las empresas que tienen presencia regional. Las corporaciones internacionales prefieren instalar sus plantas y oficinas principales en Colombia, a pesar de la inseguridad producida por la guerrilla y los carteles de la droga, porque de alguna manera la seguridad jurídica es más confiable que la de Venezuela. Y yo adjudico todo ello al hecho de que los colombianos nunca dejaron de amar a su patria y sentirse orgullosos de ella.

Siempre manifestaron orgullo por su himno nacional, que según ellos sostienen, es el segundo himno más hermoso después de la Marsellesa, el himno nacional francés. Se sienten orgullosos de que su país esta bañado por tres de los diez ríos más grandes del mundo: el Magdalena, el Amazonas y el Orinoco. Bailan su música y la llevan a todas partes. Tuve la oportunidad de vivir en Margarita a mediados de los años 90s, y en la isla residían por lo menos 3 orquestas de música vallenata...y Margarita está en el extremo más lejano para los colombianos!!!! Son orgullosos de sus futbolistas, juegan al fútbol a donde quiera que van y siguen el campeonato de su país como si aún estuvieran viviendo en él. En pocas palabras, viven sus costumbres y su gentilicio con orgullo.

No así los venezolanos. Y en la próxima entrega hablaré de cuáles son las causas que pienso produjeron esa realidad.

1 Comments:

Blogger Leonardo Mendez said...

Excelente iniciativa compadre.

1:46 p. m.  

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